El movimiento es la base del aprendizage, el lenguaje y el comportamiento están unidos al sistema motor y al control del movimiento..
El movimiento organiza el Sistema Nervioso Central en relación a los sentidos (visión, audición, táctil) y del equilibrio.
El niño antes de empezar a hablar se comunica utilizando gestos, cambios de postura, ritmo del movimiento y tono y volumen de la voz. El habla, depende del sistema motor; leer, de la capacidad de coordinar los movimientos de los ojos y escribir, de coordinar la mano con los ojos.
Si un niño/a no desarrolla el control automático del equilibrio y las habilidades motoras, otros muchos aspectos del aprendizaje pueden verse afectados negativamente, aunque al niño/a tenga una inteligencia mediana o incluso superior.
Cuando presentan carencias en el desarrollo motor, a menudo presentan dificultades para aprender a leer y cuando lo consiguen no tienen una buena comprensión lectora. En la escritura tienen dificultades para coger el lápiz porque los cuesta hacer la pinza. En matemáticas a menudo giran los números, y tienen dificultades de razonamiento, los cuesta memorizar las tablas de multiplicar...
Poder controlar el cuerpo a nivel motor es fundamental para el autocontrol.
Por eso a menudo nos encontramos con niños que no tienen las funciones motoras bien desarrolladas que muestran una inmadurez emocional, como dificultades para controlar los impulsos y para interpretar el lenguaje corporal de los compañeros, provocandoles problemas de conducta y/o de relaciones sociales.
Las etapas del desarrollo motor son:
- Reflejos primitivos
- Reflejos posturales
- Movimientos con control voluntario
Reflejos primitivos
El desarrollo motor empieza en el útero donde aparecen los reflejos primitivos, que proporcionan los mecanismos de supervivencia al bebé al inicio de la vida extrauterina. Le sirven desde el nacimiento hasta el primer año de vida para asegurarle respuestas inmediatas en su nuevo entorno. Le proporcionan un entrenamiento rudimentario para desarrollar habilidades voluntarias posteriores.
Estos reflejos son movimientos automáticos y estereotipados que deben tener una vida limitada. Después de haber ayudado al bebé a sobrevivir durante los primeros 12 meses, tienen que ser inhibidos permitiendo que el niño progresivamente tenga el control de las respuestas voluntarias de sus movimientos.
La valoración de los reflejos primitivos nos ayuda a conocer el nivel de desarrollo motor del niño. Nos permite comprobar si el niño tiene las herramientas necesarias para procesar la información y si el sistema nervioso está organizado correctamente. Si los reflejos permanecen activos, habrá una carencia madurativa cerebral afectando la motricidad gruesa y fina, la percepción sensorial y la función cognitiva.
Por ejemplo el el Reflejo Tónico Laberíntico está relacionado con el equilibrio, el tono muscular y es activado por la estimulación de los laberintos en las orejas. Cuando este reflejo no está integrado provoca: poco sentido del equilibrio, mala postura, problemas de orientación espacial y temporal, dificultades para retar, gatear, ponerse de pie o andar. Y más adelante dificultará los aprendizajes escolares. Hay que recordar que las personas con dislexia tienen dificultades en la orientación espacial y temporal.
El reflejo de Moro permite al niño coger aire por los pulmones y arrancar a llorar para avisar a la madre de que le pasa algo. Cuando este reflejo no está integrado provoca mareos al viajar en coche o en cualquier transporte, poco equilibrio y poca coordinación (los niños que no lo tienen integrado no les gustan los juegos con la pelota). Este reflejo no integrado también produce hipersensibilidad a la luz, dificulta la discriminación de las letras negras en un fondo blanco. Los niños que no lo tienen integrado no les suelen gustar los cambios ni las sorpresas. Suelen presentar ansiedad sin motivo aparente, cambios de humor, no aceptan las críticas, se muestran inseguros, baja autoestima y tensión muscular.
Es muy importante dejar a los bebés en el suelo para qué puedan practicar dar la vuelta, reptar, sentarse manteniendo el equilibrio, gatear e integrar los reflejos..
Los niños que andan sin haber gateado se saltan una fase en su desarrollo.
Síntomas de los reflejos primitivos no integrados
- Dislexia y dificultades de aprendizaje
- Malas posturas
- Poca coordinación mano-ojo
- Poco equilibrio y escasa coordinación
- Problemas para realizar movimientos cruzados
- Enuresis y problemas de control de esfínteres
- Problemas de atención y concentración
- Mareos en situaciones de movimiento
- Mala letra
- Problemas de organización
- Aparición tardía del lenguaje oral, pobre y sin fluidez
- Problemas para saltar con un solo pie o ir en bicicleta
- Problemas de: comportamiento, impulsividad, agresividad e introversión.
Tratamiento: terapia de integración de los reflejos primitivos
La terapia de integración de reflejos estimula el desarrollo del Sistema Nervioso, especialmente el tronco encefálico, el cerebelo y los ganglios Basales, puesto que estas estructuras inciden de forma capital en las funciones básicas del procesamiento sensorial, de los movimientos y del desarrollo del tono muscular, del control postural y los automatismos.
Se evalúan los reflejos primitivos y la coordinación en el niño/a, y según las necesidades de cada caso, se creará un programa específico, que constará de unos ejercicios sencillos de una duración de 15 minutos, que tendrá que realizar diariamente el niño/a en casa, con la ayuda de los padres. Estos ejercicios estimulan el desarrollo del sistema nervioso. El tiempo del tratamiento dependerá de cada caso.
Web de interés : http://www.reflejosprimitivos.es/