Resolver la problemática de las relaciones entre padres e hijos

Educar és un art

Educar a un niñoEducar a un niño/a es proporcionarle amor, placer y frustración.

Hoy en día, en nuestra sociedad los hijos son muy deseados y esto ha hecho que los padres estén muy preocupados para educar bien a sus hijos, pero seguramente, los padres nunca antes se habían sentido tan inseguros y desbordados por la educación de los niños.

Algunos padres tienen un arte especial, y sin haber pasado por un proceso de formación consiguen resolver eficazmente la educación de sus hijos, incluso en las etapas críticas.Pero otros padres se sienten inseguros y se culpabilizan de las dificultades que se encuentran en la educación de sus hijos. Se preguntan:

  • ¿Por qué mi hijo es desobediente y no me hace caso?
  • ¿Por qué me provoca?
  • ¿Qué tengo que hacer por qué tenga un buen comportamiento?

Los niños y adolescentes necesitan unos límites, unas normas básicas muy definidas, unos hábitos muy instaurados, amor, dedicación, paciencia, tiempo y seguridad en su proceso madurativo.

  • Los niños necesitan normas para sentirse seguros.
  • Un niño inseguro es un niño infeliz.
  • Un niño poco autónomo es un niño vulnerable, influenciable y dependiente de su entorno.

Educar con arte para una buena autoestima

  • Educar con arteAntes de hablar, hay que observar, escuchar, analizar y empatitzar.
  • Hay que decir NO cuando las circunstancias lo requieran, aunque nos resulte incómodo.
  • Unificar criterios entre padre y madre y actuar con seguridad.
  • Actuar en lugar de sermonear. Los niños no reaccionan ante los sermones, sino ante los hechos.
  • Hay que elegir el lugar y momento adecuado para dar el mensaje más idóneo.
  • Transmitirles confianza, responsabilidad y libertad dentro de unos límites razonables.
  • Hay que transmitirles ilusión y entusiasmo.
  • No dejarse llevar por la desesperanza en las situaciones de crisis.
  • Si el problema se nos escapa de las manos, hay que pedir ayuda profesional.

Errores que los padres han d'evitar

  • Ser amigos de los hijos. Si los padres son amigos de los hijos en lugar de padres, éstos se quedan huérfanos. Los hijos deben ocupar el lugar que les corresponde en la jerarquía familiar.
  • Intentar “comprarlos” haciendo de buenos o poniéndose siempre a su favor. Es una postura cómoda pero tarde o temprano se va en contra de quien la usa.
  • Sobreproteger a los hijos. Es conveniente que los padres estén al lado de sus hijos para ayudarlos pero sin ahogarlos.
  • Pretender que razonen en medio de una discusión o rabieta.
  • Transmitirles impaciencia y prisas.
  • Negar las evidencias y creer que los otros exageran.
  • Fomentar el consumismo. Darles todo el que piden.
  • Educar en el resentimiento, en la intolerancia, en la carencia de generosidad y de valores.

No es el mismo tener hijos que ser padres. Ser padres es asumir que se enseña en todo momento, que se hace más con el ejemplo que con la palabra. Los niños aprenden de los modelos de los padres y no de la crítica destructiva.

Quien ama de forma adecuada frustra de forma adecuada.

Frustración

FrustraciónLa frustración es una emoción de carácter negativo, que nos hace sentir, desilusionados, desanimados, enfadados después de un acontecimiento que no ha salido como nosotros esperábamos. Hay que aprender a gestionar estos sentimientos, puesto que en la vida seguramente nos encontraremos con situaciones de frustración y hay que aprender a superarlas.

Cómo ayudar a nuestros hijos a tolerar la frustración

Frustración

  • Crear hábitos: hacer los deberes o estudiar, ayudar a las tareas de casa aunque no tengan ganas.
  • Enseñarles que significa ser un niño. Negarles actividades de adultos como algunos programas de televisión, conversaciones de adultos...
  • Concluir las actividades de ocio cuando se ha agotado el tiempo pactado y no cuando él lo decide porque ya no experimenta diversión.
  • Imponer les actividades básicas que no les apetecen, como la higiene personal, lavado manos, ducha...
  • Sancionar las transgresiones con consecuencias reparadoras educativas. Por ejemplo limpiar la pared cuando ha pintado encima.
  • Aceptar que el niño se siente frustrado, enfadado cuando se le pide un esfuerzo o se le niega alguna de sus expectativas. No podemos esperar alegría cuando le digamos a sus deseos.

Es conveniente pedir orientación profesional cuando:

Agresividad1.- La frustración es muy grande y el niño actúa con agresividad verbal, gestual o física dirigida a los compañeros, a los adultos o hacia él mismo.

Si la agresividad con mucha frecuencia, el niño puede acabar aprendiendo una respuesta fisiológica de activación, produciéndoles un aumento de la frecuencia cardíaca, aceleración respiratoria, de la sudoración, mayor tensión muscular... y todo puede acabar en una respuesta automática de agresividad con muy poca capacidad para controlarla.

Por lo tanto es muy importante ayudar al niño a manejar adecuadamente las conductas agresivas para hacerlas remitir y adquirir otras de normalizadas.

Inseguridad2.- La inseguridad y el miedo social del niño interfiere en su capacidad de relacionarse, tanto a la escuela como en otras situaciones sociales.

La poca confianza tienen en ellos mismos les puede traer graves dificultades para defenderse a sí mismos; a expresar sus emociones y a menudo no manifestar lo que les molesta, puesto que no han desarrollado estrategias de comunicación ni habilidades sociales. A menudo presentan sentimientos de inferioridad, valoran poco sus habilidades y en cambio maximizan las de sus compañeros acabando desarrollando miedo social evitando ir a los lugares por miedo a ser rechazados.

Niño caprichoso3.- El niño se muestra caprichoso, consentido, sin normas, sin límites, impone sus deseos ante la voluntad de los padres y los padres no saben decir que No.

En algunos petty tyranthogares, el niño es quién manda, toda la familia ve el programa de televisión que él elige, se hacen las actividades que él quiere y cuando quiere, se entra y se sale de casa según sus deseos, la familia come según sus gustos...

Son perseverantes, no toleran los fracasos y siempre culpan a los otros. Si no se cumplen sus deseos, se deprimen o se vuelven agresivos, incluso pueden agredir físicamente al padre o a la madre.